"La meticulosidad conduce a menudo a la tiranía" (Rudolf Allers)



jueves, 20 de octubre de 2011

TIEMPO DE DESCUENTO

El hombre de la corbata marrón y el pelo canoso, tan canoso, se limpia la boca con una servilleta de papel arrugada. Después tintinean los hielos de su copa de anís mientras se la lleva a los labios secos en un movimiento de pretendida vitalidad. Habla con el camarero, que parece estar más concentrado en el trapo con el que saca brillo a un vaso.

- Chico, ¿cuánto queda?- le pregunta.
- Unos diez minutos, más lo que descuente el árbitro.

Lanza su mirada a lo largo del bar. Por más que se esfuerza no logra enfocar los números en la pantalla. Pero sabe que su equipo ya lleva seis goles, aunque juega fuera de casa. Era una salida difícil y por el bar corre la cerveza.

En silencio, mira a los chavales. Sus gritos y su forma de tirarse de los pelos le sirven para saber si su equipo ataca o defiende. Los jugadores corren desfigurados por la mancha verde que es el campo. El balón desciende por las cataratas de sus ojos. Todos los chavales quieren más goles. Andan sedientos de todo.

- Ya da igual uno más que uno menos. Está ganado – comenta por si alguien le quiere escuchar.

Aprovecha una pasada del camarero para pedirle algo de picar. Le pone unas patatas ali-oli. Coge un palillo escuálido. Parece la lanza de un pequeño hombre de la selva. Lo piensa y se queda el pensamiento para él solo. Las patatas están muy buenas. Los chicos gritan, casi llega el séptimo.

- Chico, ¿Cuánto queda?
- Dos minutos, más lo que añada el árbitro – responde el camarero absorto en otro vaso.

El hombre de la corbata marrón y el pelo tan canoso cabecea.

- Esto está acabado. Ya no sirve de nada jugar – dice – Me pones más patatas de esas. Están muy buenas. Si hace falta las pago. Me da igual.

Los chicos siguen alterados. Quieren más goles. Y encima su equipo acaba de encajar uno. A dos minutos del final, más el añadido.

- Ya da igual. Está todo hecho.
- No es lo mismo ganar 0-6 que 1-6- le dice un chico que se ha dado la vuelta al escucharle.
- Da igual. El tiempo de descuento es una tontería. El partido está acabado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno,... es bueno, metáfora con lirismo de tapa y taberna.... fina, fina.

Te seguiré leyendo compañero, un abrazo

Carra